Pedro Cavadas, compañero de carril-bici

Hace ya tiempo que oí hablar de Pedro Cavadas, un cirujano plástico valenciano que se atrevía a hacer las operaciones que nadie hacía. Este verano salió en todos los papeles a causa de la realización, por parte de su equipo médico, del primer transplante de rostro en España. Estas operaciones, de enorme complejidad, llaman la atención del público en general que nos quedamos embobados ante tamaño avance de la medicina: lo habíamos hecho meses atrás con el transplante de una señora francesa, y ahora pasaba aquí, en nuestro caso al lado de casa, como quien dice.

La historia de Pedro Cavadas no deja indiferente a nadie. Mediático donde los haya, el cirujano aparece en las ruedas de prensa con túnicas africanas y cuenta que mitad de año se lo pasa operando en África, a través de una fundación creada junto a sus hermanos y que trata de llevar un rayo de esperanza a los lugares más inhóspitos de la tierra. Pedro Cavadas es directo y radical, y es posible que te caiga mal, o más bien al contrario, que te parezca fascinante. Reconozco que me incluyo en este último grupo, más tras leer la entrevista que publica hoy El País:

"P. Usted abandonó sus tres Porsche y los cambió por un jeep destartalado; hay una bici a la entrada de la consulta, ¿ha cambiado el jeep por una bici?

R. Sí, voy en bici. Ayer [el día anterior a la entrevista] cayó la de Dios y me mojé mucho, pero ¡qué pánico le tiene la gente a mojarse! ¡Coño, que es agua lo que cae, no es salfumán! Ésa es mi queja contra la excesiva comodidad occidental. No te mojes, no pases frío, no pases sueño... No llegas a pasar ganas de nada; antes de que tengas ganas de algo ya te las han saciado. Esto debe de ser un efecto rebote respecto de lo de antes, cuando todo lo que tenía era carísimo, carros carísimos..."

Me he reido porque mi padre (que a pesar de sus casi 50 años en Zgz sigue siendo gallego) siempre se metia con los maños porque cuando llovía..corriamos!! y yo en cuanto caen cuatro gotas, me cojo el metro y dejo la bici aparcada en casa, cuando estoy harta de ver a belgas, holandeses y daneses pedaleando por sus ciudades con un tiempo infernal.

Además de su apego a la bici, creo que el médico tiene muchas cualidades para pensar que hacen falta más Pedros Cavanas (y familia) por el mundo. Y ahora que sé que es vecino de carril-bici en Valencia, estaré atenta a ver si le veo, y le guiño un ojo.

La entrevista completa la podeis leer en El País.