martes, julio 13, 2010

El Mundial ha muerto, Viva el Tour

No he podido elegir mejor día para volver al ciclismo y dejar atrás a nuestros campeones del mundo. Hace ya unos días que el Tour ha vuelto a recorrer las carreteras francesas y la de hoy ha sido sin duda una etapa insuperable: en plenos Alpes, con subida a tres o cuatro puertos, entre ellos la Colombière y la Madeleine, y con emoción hasta en la llegada. A esa hora mágica de la tarde, como dice mi amigo asturiano, Contador ha dejado claro que vuelve a ser uno de los más fuertes de la carrera. Junto a él, Andy Schleck, al que seguimos con atención desde hace dos años, y del que sabemos ya con seguridad que tiene planta de campeón. La etapa la ha ganado el francés Casar, muy reñido con otro español, Luis Leon Sánchez y el italiano Cunego. Y en la general de momento manda Andy, seguido muy de cerca por Contador, y en el tercer puesto, otro español, campeón olímpico, Samuel Sánchez, que hoy ha sufrido como nadie recorriendo en solitario gran parte de la etapa.

Alberto y Andy: somos dos que sin temor, suben y bajan montañas

A propósito del Tour me escribe (o mejor me transcribe) Inibi unas lineas sacadas del libro El primer trago de cerveza y otros placeres de la vida, de Philippe Delerm, que merece la pena leer. Por cierto, que Inibi está ya casi recuperado, y el domingo salió en bici, un paseo corto de 35 kilómetros, para reencontrarse con su amiga después del accidente. En poco tiempo lo veremos haciendo kilómetros como un loco. (y no lo podremos seguir ;)

"El Tour de Francia es el verano. El verano que no se puede acabar, la canícula de Julio. En las casas se cierran las persianas, la vida se torna más lenta, baila el polvo en los rayos de sol. Enclaustrarse en un sitio cerrado cuando el sol brilla tan azul ya parece discutible. ¡Pero apoltronarse ante un aparato de televisión cuando los bosques estásn frondosos, cuando el agua promete frescor, luz! Con todo, si es para ver el Tour de Francia es lícito. Es un rito respetable, que escapa al farniente bestial, a la molicie vegetativa. Además no miramos el Tour de Francia. Miramos los Tours de Francia. Si, en cada imagen del pelotón lanzado por las carreteras de Auvernia o de Bigorre, se inscriben en filigrana los pelotones del pasado. Bajo las fosforecentes camisetas, vemos todas las antiguas camisetas de lana- la amarilla de Anquetil, sencillamente rubricada con el nombre de la firma comercial Helyett, la azul, blanca y roja de Roger Rivière con sus mangas tan cortas; el púrpura y amarillo de Raymond Poulidor, Mercier-BP-Hutchinson. A través de las ruedas lenticulares, se adivinan los tubulares cruzados en los hombros de Lapèbie o de René Vieto. Se perfila el guijarral solitario de La Forclaz sobre el superpoblado asfalto del Alpe d'Huez. Nunca falta alguien que diga:
-¡A mi lo que me gusta del Tour son los paisajes!
De hecho, cruzamos una Francia febril. Festiva, cuyos habitantes se desgranan al filo de las llanuras, de las ciudades y de los puertos de montaña. La ósmosis entre hombres y paisaje se produce en medio de un fervor campechano, en ocasiones desbordado por majaras sobreexcitados. Pero sobre un fondo de Galibier pedregoso, de brumoso Tourmalet, una pizca de procacidad franchuta no hace sino resaltar la dimensión mítica de los héroes.
Las etapas de llano, con ser menos decisivas, se siguen con el mismo interés. El sentimiento que suscita ver pasar el tour es más concentrado, más compacto, y valora como se merece el despliegue de la caravana publicitaria. Poco importan los vuelcos de la clasificación general. Lo importante es la idea: comulgar durante un instante con toda la Francia del sol y la siega. En la pantalla del televisor, los veranos se asemejan, y los ataques más enardecidos tienen un regusto a menta con agua."

El corredor francés Anquetil, con su camiseta de lana amarilla subiendo el Galibier en 1962

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Fantástica etapa la de hoy, este año vamos a ver un gran duelo entre nuestro Alberto y Andy Schelck, que más que pedalear parecía que flotaban en la Madeleine¡¡¡que bonitos son los Alpes ¡¡¡(igualitos que la cajas de colores de pequeño) y faltan los Pirineos para disfrutar.

Hemos ganado el mundial y vuelvo a disfrutar del placer de salir en bicicleta...Que bonito es todo.

Inibi-FELIZZZ

El Impenitente dijo...

El Mundial no ha muerto. Ni morirá.

A mí lo que más me gusta del Tour son los ríos.

Está fuerte Schleck. Ha llegado más fuerte. Pero ya veremos en Pirineos. Ya veremos. De todas formas, si gana Schleck el Tour no me llevaré ningún disgusto. Me cae bien. Los ciclistas casi todos caen bien. Casi todos.

Y un libro que se titula "El primer trago de cerveza y otros placeres de la vida" tiene que ser bueno. Habrá que leérselo.

Slim dijo...

A mi tambien me cae bien Schleck. los ciclistas suelen ser major, menos Amstrong que es un petardo, Cadel Evans que es un llorica, Rominger que era mas raro que la q..y no sigo.

lo del mundial era una frase hecha, en mi corazon no ha muerto aunque como vuelva a ver otra vez a arbeola cayendose del autobus me da un ataque, que pesadicos se estan poniendo!!

cucumber dijo...

Para mi, el mundial no es que muriera pero si perdio interes cuando Casillas levantó la copa. Luego todo el circo que se monta, las masas enfervorecidas, los piropos endiosadores de futbolistas, la pesadez de los medios, no me motiva nada de nada. Ahora prefiero soñar, viendo el tour, que bajo (:D) uno de esos espectaculares puertos de los alpes franceces.

SisterBoy dijo...

Grandes verdades Cucumber

bluetomate dijo...

Mi favorito de los ultimos años, como no podia ser de otra manera, es CHECHU. ¡Cada día admiro más a todos los corredores! Menudo merito tienen.

SisterBoy dijo...

¡Slim! ¡Cucumber! ¡Una explicación quiero!

http://www.youtube.com/watch?v=0W2nwqfcdSQ