De letras de canciones y poemas

Estuve viendo ayer a Ivan Ferreiro, en un concierto chiquito, tan sólo él y su teclado, su voz y sus canciones, y me he despertado con un montón de letras en la cabeza. Ivan fue cabeza visible de Los Piratas, y ahora está a punto de sacar un disco llamado Confesiones de un artista de mierda (el título es de una novela de Philip K. Dick)  en el que incluye nuevas versiones de viejas canciones, una selección de sus temas tanto de su etapa Pirata como de sus discos en solitario: una gozada para sus fans entre las que me incluyo, y que somos bastantes, a tenor de las entradas agotadas para sus dos conciertos (ayer y hoy), a los pocos días de ponerse a la venta.

Las canciones de Ivan son verdaderos catecismos para sus fieles, algo difícil de entender para los no iniciados.  Y es que escribir canciones es algo tan fácil como juntar cuatro frases que rimen y tan difícil como emocionar diciendo algo dicho mil veces. Los que estéis acostumbrados a escuchar la letra de las estrofas, los que os fijáis en las frases, los que se emocionan con la melodía,  los que le buscan doble y triple sentido y esos a los que todas las canciones les recuerdan algo sabrán de los que les hablo: cuando aciertan, oir los primeros compases y brincarte el corazón es todo uno.

De rimas y emociones sabía mucho Salvador Iborra, un joven poeta valenciano de 33 años al que mataron el jueves por la noche a la puerta de su casa: la razón fue una sinrazón, una bicicleta robada y una fatalidad. La historia, digna de otros tiempos o de otros lugares nos recuerda la fragilidad de la vida y la suerte que tenemos de vivirla, sea escuchando canciones, sea leyendo poemas. En su homenaje os dejo unas lineas de su libro Els cossos oblidats:

“Encara escoltes música quan l´amor es mor, / és ja molt tard, i van arreplegant les cadires, /voldria tornar-te a mirar, buscar-me un altre / somni per tornar-lo a perdre, un eco breu / com aquella lluna entrant-nos per la finestra.” /

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“Todavía escuchas música cuando el amor se muere / es ya muy tarde, y están recogiendo las sillas , / querría volver a mirarte, buscarme otro / sueño para volver a perderlo, un eco breve / como aquella luna que entra por la ventana”