Pedaleando a la Muntanyeta del Sants

Salí ayer en bicicleta después de varios meses para inaugurar la temporada ciclista, ahora que se ha parado el viento y en Valencia eso significa 25 grados e Inibi con pantalón corto. Pedro me preparó una ruta suave, en llano, de unos 70 kilómetros. Pese a la suavidad Javi y yo, que no entrenamos, acabamos bastante cansados, por no decir otra palabra. Nuestro reto era llegar a la Muntanyeta dels Sants, en medio de la Albufera, un enclave típico valenciano.

La ruta, un homenaje a Blasco Ibáñez

Para llegar hasta allí salimos desde la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València, donde comienza el llamado carril-bici del Saler. Tras unos 6 kilómetros, el carril llega hasta Pinedo, cuyo paseo marítimo es una gozada cruzar a esas horas de la mañana: el mar está tan en calma, el cielo tan azul, que se nos olvida el madrugón en dos minutos. Al pasar Pinedo, siguiendo el carril bici, nos adentramos en el Saler. Este carril discurre muy cerca de la playa. Al terminarlo, aparece un camino lleno de arena con una cadena para evitar los coches, pero que peatones y bicis pueden transitar. Este camino se dirije hacia la zona asfaltada que pasa por delante del Hotel Sidi Saler, y continua hasta una urbanización. En este punto hay otra cadena por la que las bicis pasan sin problema, encontrándose otro camino rodeado de vegetación que nos llevará hasta la Gola de Puchol, que cruzamos por un puente. Desde la Gola llegamos enseguida al Lago del Saler.

Cinco ciclistas y un lago

Del lago salen unas pistas asfaltadas. Una de ellas llega hasta el Casal d'Esplai del Saler; la segunda, llamada Central, termina en la barrera del campo de Golf; y una tercera, que sale hacia la derecha, nos llevará a la carretera. Esta pista discurre entre pinos, matorrales y vegetación autóctona.

En la carretera, 100 metros a la derecha, sale el desvío hacia El Palmar. Atravesamos esta pedanía y sus restaurantes para adentrarnos en los campos de arroz que nos rodean por todas partes, algunos de ellos más inundados que otros.

Al sol valenciano

Esta zona resulta bastante laberíntica. Aunque no dejas de ver la Muntanyeta, el llegar hasta ella parece imposible por las vueltas que dan los caminos, que separan unos campos de otros. Nos da la sensación de que nosotros también rodamos de forma circular, aunque gracias a la orientación y a un chico al que preguntamos, llegamos por fin al primer cartel que nos indica la ruta.

Por fin, ahí está la Muntanyeta

Los últimos kilómetros los rodamos contentos, y llegamos a la Muntanyeta, en la que preside una ermita dedicada a los santos Abdó y Senen. Desde arriba hay bonitas vistas, aunque para llegar nos tenemos que bajar de la bici.

Inibi y Javier, pie a suelo

Desde arriba

Para volver, tomamos la carretera que se dirige hasta El Perelló. Son 6 kilómetros hasta llegar al almuerzo reparador..esta vez nos lo hemos ganado. El tamaño del bocata cumple con nuestras expectativas.  

Con nuestros bocatas de carne de caballo con pimientos...muy felices!

Volvemos por la carretera hasta el campo de golf del Saler, donde tomamos esta vez la Pista Central que nos lleva al Lago, y de ahí directamente a casa. Si queréis ver la ruta o descargarla en vuestro dispositivo, la tenéis aquí.