Pedaleando por la sierra de Irta

La ruta bordea la costa, de Peñíscola a Alcossebre

 Hace un tiempo estuvimos en Peñíscola con las niñas, y vimos una ruta de lo más interesante por la Sierra de Irta. Hemos tardado 6 años, pero por fin hemos vuelto para poder recorrerla. Nos alojamos en el Spa Natura Resort gracias a la gentileza de SS.MM. Los Reyes Magos de Oriente, que nos regalaron una caja con una tarjeta regalo dentro. El sitio estaba bien, pero era para haber ido hace 6 años: pensado para familias con niños, el alojamiento era una cabaña ecosostenible con dos habitaciones (una con literas), y dentro del resort había piscina de bolas, mini-zoo, animación infantil, cine...por no hablar de las piscinas repletas de toboganes que habrían hecho las delicias de mis hijas en el año 2010. Ahora fuimos solos, y nos conformamos con un baño en la piscina climatizada balinesa.

Una de las piscinas del resort

La ruta se la copiamos a nuestro colega Carlos, que la había hecho con su hijo pero al revés. En wikiloc podéis encontrar la suya y las nuestras, desde Peñíscola hasta Alcossebre y viceversa. La ruta bordea el mar dejando a la izquierda los acantilados y las calas, vírgenes en esta época del año.

Mucho mar a lo largo de la ruta

La pista que recorremos es de tierra y piedras, y en los primeros kilómetros subimos hacia la Torre Badum. Al acercarnos a la Torre encontramos las subidas de mayor pendiente, que en el último tramo han asfaltado.

Subiendo hacia la Torre, concentrada, con la península de Peñíscola al fondo

La Torre Badum se sitúa a 572 metros a nivel del mar y los acantilados a los que te asomas desde ella no son aptos para gente con mucho vértigo. A cambio las vistas son espectaculares.

Las vistas desde la Torre

La única pega que le veo a la ruta es que está permitido el paso de los coches: siendo parque natural creo que deberían limitarlo. No sé si en verano habrá algún tipo de prohibición, pero no creo: algunas de las calas tenían aparcamiento preparado. La suerte es que ahora no había demasiados vehículos, pero es fácil que en pocos meses los ciclistas y andarines tengan las de perder.

La Torre vigila la ruta desde lo alto

A pesar de los coches la ruta merece la pena, no solo esta sino todas las que pueden hacerse en el parque natural y que podéis encontrar en esta página web, para recorrer andando o en bicicleta. Todas están bien señalizadas a lo largo del camino.

Carteles a lo largo del camino

A mi lo que más me gustó de la ruta es el poder ver el mar a lo largo del recorrido, desde mayor o menor altura. A pesar de las subidas, las bajadas y los giros, tu vista siempre acaba en el azul inmenso del Mediterráneo, que sin darte cuenta te descansa.

Azul cielo y azul mar

Una ruta de lo más recomendable para casi todos los niveles: apenas 40 kilómetros entre ida y vuelta, y con el único desnivel fuerte de la Torre, que siempre puede hacerse andando. Como nos quedaron más rutas sin hacer, volveremos para recorrerlas todas, con la bendición del Papa Luna.

El Papa Luna y yo, grandes amigos