Grrrl weekend en el botxo

El viernes me fui a Bilbao a pasar un fin de semana de chicas. Yo nunca habia estado en el Pais Vasco, asi que como a todo el mundo lo que mas me llamo la atención mientras el avión bajaba es lo verde que era todo, verde, verde, con unos tonos preciosos.

A Bilbao los bilbaínos le llaman el botxo, (quiere decir agujero), por su situación entre montañas. Esto hace que desde cualquier punto de la ciudad veas la montaña ahí al lado, una sensación muy especial. La ciudad es atravesada por la ria, que te sirve de referencia para no perderte, y que cruzas continuamente andando, en metro o en tranvía, por sus puentes, algunos nos resultaban familiares, como el Zubizuri (puente blanco), de Calatrava:

Cruzando el Zubizuri..Es valencia? No! es Bilbao!!

Desde que construyeron el Guggenheim, se ha convertido en el punto de atracción de la ciudad. A su sombra se ha arreglado las orillas de la ria, con zonas verdes, bidegorris (que ya sabemos que llaman asi a los carriles-bici) y un tranvía que esconde las vias sobre una capa de hierba. El museo desde luego es impresionante. El edificio cambia desde cualquier punto que lo mires, y cualquier rincón, cualquier esquina, tiene su atractivo.

Yo no soy una entendida en arte moderno, pero la exposición de Richard Serra me impactó mucho, una serie de estructuras de acero en las que te metes por dentro y hasta te mareas de la impresión…Por fuera el perrito de Jeff Koons estaba con andamios mientras le ponian flores de primavera, y no pudimos verlo; pero pudimos ver los tulipanes del mismo autor (que a alguno le parecían globos, a otras alcachofas). También nos sorprendimos con la Escultura de niebla, que pensabamos que era agua que soltaban para refrescar el ambiente, y resulta que es una obra de arte de un tipo japones, Fujiko Nakaya-

alcachofas, tulipanes, o globos? la audioguia (colgada al cuello) nos lo explicó

Después del GBM, lo que mas me gustó fueron los pintxos de los bares, jo, si es que estabamos emocionadas cuando se acercaba la hora de los zuritos y veiamos esas barras llenitas de cosas para picar, que buenisimos estaban todos!

El tiempo nos acompañó el viernes y el sábado en nuestros paseos por lo viejo, por las avenidas, por la ria. El domingo apareció la lluvia y salimos parapetadas con nuestros paraguas. Nos fuimos en funicular a la montaña, a Artxanda, y paseamos por el que parecia el bosque encantado.

Yo entre la niebla en el bosque encantado

Por la tarde fuimos en metro hasta Getxo, una zona residencial con casas impresionantes, la playa y el puerto deportivo al lado, y un bar muy agradable con orujo reconstituyente incluido (que estabamos empapadas ya! Lo necesitábamos!)

La casa de uno con muy buen puesto en el BBVA. El bidegorri, resbaladizo.

En fin que nos lo hemos pasado pipa. Claro que ya con desconectar un poco de la rutina diaria y andar sola sin preocuparme de nada mas que de mi ya es bastante. Una terapia nada peligrosa para volver con animos renovados. Agur, Bilbao ¡