Querido Puyol

Gracias por estar en el momento perfecto en el lugar correcto. Gracias por elevarte sobre todos los demás y cabecear con ese estilo, con la fuerza precisa, con la puntería acertada. Gracias por regalarnos el gol que nos mete en la final del campeonato del mundo.

Gracias también por ser apoyo y ayudante de Casillas, el rey bajo los palos, nuestro guardián que nos saca de apuros en todas las ocasiones, sean faltas en contra, sean tiros de alemanes que van a puerta. Gracias por crear una muralla junto a Busquets, Piqué y Capdevila, una pared invisible que impidió que el gol se acercara al área, que los alemanes crearan peligro, (excepto en alguna que otra ocasión).  Con vosotros ahí plantados los alemanes se hacían cada vez más pequeñitos a pesar de las tallas gigantes de sus camisetas.

Gracias por tus pases a Iniesta, a Xavi y a Xabi, y a Sergio Ramos. Gracias por esas jugadas que nunca olvidaremos y que nunca nos cansaremos de volver a ver. Gracias por demostrarnos que el equipo mandaba sobre el campo, por enseñarnos a jugar al fútbol, por no temblar ni tener miedo y mirar siempre hacia delante. 

Delante, donde Villa intentaba escapar de un marcaje impecable, y Pedro mientras tanto, mucho más libre, corría de un lado a otro sin dejar de moverse por todo el campo, estirando el juego, atrevido como Pedro por su casa, poniendo en cada ataque todo su buen hacer, buscando el gol que no llegó pero que casi entró-.

Gracias a los 11 y los suplentes, Torres, Silva, Marchena, gracias al banquillo y a Del Bosque, por jugar como campeones y volvernos locos mientras os vemos por la tele. Esperaremos hasta el domingo con ilusión y esperanza, aunque ya sabeis lo que yo creo. El Mundial es vuestro. Mío. Nuestro.