Corresponsalías: Iñigo pedaleando por la Provenza

Después del viaje a Murcia-Sierra del Segura (muy bien contado por Cucumber), Jesús y yo (que para eso teníamos más vacaciones) decidimos seguir pedaleando y después de la España profunda nos planteamos unos días de ruta con “glamour”, así que nos fuimos a La Provenza donde la seducción esta garantizada: recorrer campos de lavanda, viñedos de color verde manzana y olivares plateados, capillas diseñadas por Matisse.....ohhhh!!!

Así pues siguiendo las indicaciones de la Lonely Planet y buceando en internet encontramos una fantástica ruta por “El luberon” a través de esta pagina:  descubrimos un montón de km ciclables y perfectamente señalizados (uff que bien se lo montan estos franceses):

La ruta circular del Luberon

 

Así pues nos dirigimos en coche a Cavaillon, desde Valencia: 750 km más o menos, dejando aparcado el vehículo  y desde allí iniciar una ruta circular.

Cavaillon esta asociada con su producto estrella: el melón. De hecho, los franceses hablan de cavaillons para referirse a los melones, sean de donde sean (por cierto no comimos ni uno).

Primer dia: De Cavaillon salimos y nos fijamos en un detalle que en viajes anteriores ya habíamos notado: las carreteras están como una patena, nada de botellas de plástico en los arcenes ni guarradas varias, parece como si antes de amanecer lo limpiaran , coñas aparte,  da gusto ver como los franceses  cuidan su espacio... así que yendo por comarcales nos dirigimos en dirección a Gordes pueblo escarpado, y uno de los más turísticos de la zona.

Mi super bici en Gordes

De Gordes vamos  a Roussillon (El Rojo)  donde las casas presentan un aspecto rojizo al usar la tierra ocre en su construcción, por cierto el pueblo de tan cuidado que está parece que sea de un parque temático o algo así. Nos dirigimos a Menerbes, Las vistas desde aquí son estupendas después de haberte pegado una subida impresionante, como los franceses te montan un museo en cualquier lado aquí estuvimos en el museo de la trufa. 

Video club curioso en Menerbes

Después de comer en la campiña, tirando de mestizaje, (es decir baguette y vino francés y productos de la tierra de Jesús, Salamanca, que estaban de muerte), no vamos a Bonnieux . Este pueblo se hizo famoso (aparte de que es superchulo) porque aquí se rodó la peli “Un buen año” interpretada por Rusell Crowe ( a mi, la peli me pareció muy floja) y ya de buena tarde vamos hacia el Forèt des Cedres: un bosque de Cedros protegido que tiene una subida de cinco km bastante potente (para bajar la comida) y por fin llegamos a Apt , final de etapa. Apt capital de la zona es famosa por sus cerezas, uvas y frutas confitadas donde esta la fabrica de fruta confitada más grande del mundo (ah!!! la Grandeur).

El bosque de Cedros

 

Segundo día: Salimos de Apt y siguiendo las indicaciones de la ruta ciclable nos encontramos con la fantasía “sesual” de cualquier cicloturista: un pedazo carril bici recién asfaltado guauuuuuuuuu¡¡¡ seguimos así durante 12 km, después de abandonar la “autopista”, la ruta nos lleva por comarcales, bosques de castaños, campos de lavanda, viñedos  y  donde el único tráfico que hay es algún tractor viejo (que creo que lo ponen de decoración). Pasamos por Cereste y Reillane, que estaba de mercado, donde nos pegaron una de las mayores clavadas (15€ por un pollo asado), ( parecíamos nuevos, por supuesto nos comimos hasta los huesos.) Después de comer nos dirigimos a Ste Michel L’ Observatoire donde se puede divisar una panorámica que abarca desde el Luberon a los Alpes para llegar a nuestro destino ese día: Forcalquier en el Valle de la Durance.

Carril bici a la salida de Apt

 

Una vez instalados nos pegamos una buena caminata hasta la subida a su ciudadela donde también se puede ver todo un magnifico panorama de la zona,  callejear hasta la plaza del pueblo que había mercado de libros de 2ª mano y ver una exposición en el Couvent des Cordeliers, Oh le culture¡¡¡

Mirador en Forcalquier

 

Tercer día: Salimos de Forcalquier y abandonamos la ruta ciclable, aquí nos vamos por comarcales en dirección al rio Durance para llegar al Parque Natural del Verdon, Después de pasar el río nos pegamos un puertaco de unos 8km y llegar a la meseta en dirección a Moustiers Ste Marie y nos encontramos con km y km de campos de lavanda, lastima que en Septiembre ya no tenga el color azulado, pero todo es lavanda: miel a la lavanda, jabón de lavanda, saquitos de lavanda, perfume de lavanda, velas de lavanda...empacho de lavanda y llegamos a Moustier, un pueblo chulísimo encerrado entre dos acantilados de piedra caliza, sobre el pueblo cuelga una cadena dorada de 227 m con una reluciente estrella que según cuenta la leyenda coloco el caballero “de Blacas” en agradecimiento por haber vuelto con vida de las Cruzadas.

Aquí buscamos alojamiento y una vez hemos dejado las alforjas nos vamos a ver el Gran Canyon du Verdon  (el más grande de Europa, vuelve la grandeur) que la verdad es que impresiona, desde la carretera paralela al acantilado tienes unas vistas espectaculares. Volvemos al pueblo donde para rematar el día nos pegamos una caminata  a la Chapelle Notre Dame de Beauvoir, se llega por un sendero con las 14 estaciones del vía crucis que desde luego no se si ganaras la salvación  pero dolor de piernas seguro.

Jesús alucinao ante el Gran Canyon du Verdon

 Cuarto día: Salimos de Moustiers y abandonamos el Parc Natural del Verdon para volver al Luberon y por supuesto a la ruta ciclable, como habíamos subido bastante el día anterior  se hace muy llevadero (casi todo es bajada), y volvemos a los campos de lavanda, en dirección a Manosque, ciudad más grande y de la que pasamos porque pillamos un trafico horroroso. En Manosque esta la fabica  de L’Occitane en Provence, por supuesto todo lo relacionado con la lavanda. A partir de aquí cambia el paisaje y volvemos a los viñedos, y bosques que yo soy incapaz de identificar a pesar de que Jesús me dio un lección de botánica. 

Bodegón ciclista

Llegamos a Lourmarin donde yo quería ir al cementerio (esta enterrado Albert Camus), pero al final pasamos, y llegamos a nuestro destino: Lauris  pueblo encumbrado en cuyo punto más alto se erige un chateau del siglo XVIII rodeado de jardines. Lauris  resulto ser un pueblo donde llegaron bastantes emigrantes españoles en la posguerra, de sitios tan dispares como Toledo o Benaguacil, todo esto nos lo contó el dueño del bar donde cenamos (por supuesto hijo de emigrantes). Para dormir encontramos una chambre d’hotes (como los bed&breakfast) que nos trataron casi mejor que en casa, os ponemos el enlace porque hay que hacerles publicidad, se curro un desayuno espectacular.

Bar en Lauris

 

Quinto día: Desde Lauris a Cavaillon solo restaban unos treinta km, pero los tipos/as que habían diseñado la ruta nos meten por un sube-baja constante, eso si pasabas de ir al lado del río a subir la montaña de enfrente, por supuesto el camino chulísimo hasta llegar a Cavaillon donde volvemos al hotel que habíamos dejado el coche y una vez que nos vestimos de civil nos vamos (en coche) a visitar Avignon. 

Las grandes atracciones de Avignon son el palacio de los Papas (desde luego estos no hicieron votos de pobreza...pedazo palacio), el puente de St-Benezet (famoso por la canción) y la ciudad amurallada perfectamente conservada que Jesús y yo pateamos por sus calles sinuosas, llenas de iglesias medievales, bonitas casas y cantidad de teatros, no en balde en Julio se celebra el famoso festival de teatro. Y nos volvemos a Cavaillon  too tristes para preparar el retorno.

Las señales que nos han ido guiando a lo largo de la ruta

 

Recomendaciones:

-Seguir la guia del Luberon es perfecto, imposible perderse aunque quieras, muy recomendable.

-Atención todo muy bonito pero la ruta es un sube-baja constante, todos los pueblos están encaramados en alguna montaña, y claro, hay que subirlos, por tanto el/la que vaya mínimo de entrene

-Los viajeros ya sabréis que Francia no se caracteriza por la vida nocturna y  desde luego menos por las zonas que hemos estado, a las siete se cena y a las 9.30 en la camita, eso si nosotros con nuestro libro de Baudelaire (por supuesto)

Este año no nos ha llovido, así que BONITA ES LA PROVENZA  Y QUE BONITO ES VIAJAR EN BICI¡¡¡¡ Au revoir!!

Los héroes