martes, julio 28, 2015

Pedaleando por la Sierra de Albarracín

Llega el verano y, con él, los días más largos, el café con hielo, los campamentos scouts y nuestra ruta en bici aprovechando el fin de semana libre. Esta vez, con más miedo e inseguridad por mi parte tras un año sin apenas entrenamiento ciclista. Ismael preparó una ruta con menos kilómetros y  -sobre todo- menos puertos de montaña. Aún así, todavía me duelen hasta las pestañas. Y es que Teruel existe, y sobre todo existe el viento que lo sacude, el sol abrasador, los toboganes en la carretera y los falsos llanos que no tienen nada de llano.

Sólo faltó la niebla para completar la canción de Labordeta: el polvo, el viento y el sol los sufrimos con creces
Salimos el viernes con la furgoneta y la aparcamos en La Puebla de Valverde, al lado de La Fondica de la Estación. El primer tramo - por la Vía verde - ya lo conocíamos, y lo recorrimos bastante alegres, sin apenas sentir el peso de las alforjas. Pasada la salida del camino de Fuente Cerrada, por el que se accede a Teruel, llegamos a la estación de Valdecebro donde hacemos un alto para comer algo. Desde allí hasta Caudé quedan unos 19 km. En este punto salimos de la Vía Verde, y nos acercamos al pueblo.

En Caudé el bar abre sólo por la tarde, pero tenemos suerte y los dueños de la tienda nos venden una de "sus" barras de pan, jamón, tomate y cerveza fría: no se puede pedir más. Nos indican la salida a la carretera hacia Albarracín por un atajo, primero una pista sin asfaltar, luego cruzar una vía de tren abandonada, y al fin la carretera prometida.

Cruzando la vía del tren
Desde aquí hasta Gea de Albarracín son 10 kilómetros de pesadilla por culpa del viento en contra que nos impide avanzar por mucho que pedaleemos. Varias ideas se me pasan por la cabeza: que si volver a Teruel, que si llamar a un taxi, que si tirar la bicicleta por el terraplén, que si tirarme yo o tirar a Ismael. Pero al final no queda otro remedio que seguir pedaleando y llegar hasta Gea o más bien hasta su bar de carretera, donde me recupero con una cocacola light (en la comarca les ha dado la manía de tener Estrella Damm en los bares, y me han fastidiado el viaje: hasta Teruel no pude tomarme una Ambar).

Desde Gea hasta Albarracín se para el viento y el paisaje cambia, la carretera sube y baja pero siempre al lado del río Guadalaviar. En una de sus entradas nos paramos a refrescarnos y nuestros pies reviven agradecidos, los músculos suman potencia y logramos llegar hasta nuestro hotel: el Albarracín, ubicado en el Palacio de la Brigadiera y en el que nos dan una habitación en la que durmió la mismísima reina: no creo que durmiera más a gusto que yo la siesta. Después del baño en la piscina, nos damos un paseo por sus preciosas calles. Corto, que tiene muchas subidas y bajadas. Tras la cena y una copa en El Molino del Gato, volvemos al dormitorio real del que salimos ya a la hora del desayuno.

A la orilla del río Guadalaviar
Los aposentos reales en Albarracín
Nuestro destino hoy es Teruel, pero por una carretera distinta a la de ayer. Nos dirigimos primero a Bezas atravesando uno de los parajes más bonitos de la provincia (y de España!): los Pinares de Rodeno. Una combinación de rocas, pinos, cuevas y pinturas rupestres que nos tiene embelesados casi 20 kilómetros, y ni notamos las cuestas arriba y abajo de la carretera. Para volver y recorrer sin prisa los senderos, sin bicicleta y con las botas de montaña.

Eoooooo....
...soy el Rey del Mundo!!
Tras Bezas, llegamos hasta Teruel por El Campillo y San Blas. La ciudad bulle por la Baja Aragón y los bares y hoteles están repletos: menos mal que nos recogen nuestros amigos Juan y Giu en un apartamento, y podemos ver la etapa del Alpe d'Huez (Ismael) y echar la siesta (Yo). Hoy no me he cansado tanto como ayer, pero creo que va acumulándose y las piernas me duelen más. La cena en Los Caprichos termina de arreglarnos el cuerpo.

Sólo queda la última etapa y la más corta: salir de Teruel por Fuente Cerrada hasta la Vía Verde, subir el puerto del Escandón y bajar hasta La Puebla de Valverde. Nos esperan en Camarena nuestras hijas y el resto del grupo scout, pero hasta allí vamos con las bicis en la furgoneta. Las aventuras ciclistas se acaban de momento, aunque pronto volveremos con más fuerza! o al menos la misma!

Hasta la próxima Teruel!

2 comentarios:

El Impenitente dijo...

Fuimos a Albarracín Ana y yo hace años con unos amigos de Belmonte. Salimos mi amigo Alfredo y yo aquella noche a dar una vuelteceja. Estaban los bares llenos porque había un Barça Madrid. Entramos en uno y nos pedimos unos DYC con Coca Cola. Nos pusieron JB con Pepsi Cola. Ni Ámbar ni DYC ni Coca Cola. Teruel existe pero hay que darle un empujón.

Slim dijo...

y un camión con cerveza y cocacola (del DYC ya me he retirado)