lunes, octubre 30, 2017

Pedaleando por Murcia

Hemos pasado unos días pedaleando por el sur de Alicante y Murcia, con alforjas, en una ruta de 4 etapas en la que hemos conocido un poco más esta provincia de la que habíamos visitado únicamente la parte del Mar Menor.   Las etapas han sido de unos 70-80 kilómetros, excepto el último día que fue más corta. Una prueba bastante exigente para mis piernas! He de decir que se han portado bastante bien, aunque todas las noches tenía que darles un poco de ibuprofeno. Pero los dolores se iban rápido con tanto sol y tanta vitamina D que hemos tomado.

Bici y sol en Murcia, que hermosa eres!!
El primer día seguimos la ruta del Canal de Cartagena de la página web de Cicloturismo de la Comunidad Valenciana. La ruta parte de Orihuela y recorre en un primer momento el Canal del Derramador. Después entramos en la CV-95 que tenemos que recorrer durante 4 kilómetros. Nos parecen 40, ya que en la carretera no hay arcén y hay mucho tráfico. Despacito llegamos al Canal  que trasvasa agua desde el Tajo por el sur de Alicante y Campo de Cartagena.

Por el Canal no hay coches, menos mal
La ruta pasa por distintas salinas, por extensos campos de alcachofas, coles y patatas, invernaderos y muchos naranjos. Apenas encontramos ciclistas excepto en el tramo de la Zenia y son todos extranjeros. Por la zona hay mucho residente comunitario y este paseo debe formar parte de su rutina diaria.

Cuando aún faltan unos 15 kilómetros para el fin de la ruta nos la encontramos cortada. Tenemos que echar mano de Google Maps y preguntar a tres o cuatro personas para llegar a Cartagena. La entrada al menos es agradable, por la via verde del barrio Peral. Sin más contratiempos llegamos al hotel Carlos III, en el que nos espera una sorpresa. Para guardar las bicis, tienen un pequeño taller con herramientas para hacer pequeños arreglos si lo necesitas. Muy bike-friendly.

Las bicis bien guardadas
El segundo día dejamos las alforjas en el hotel para irnos de excursión hacia la costa de Mazarrón. Los primeros kilómetros los recorremos subiendo sin prisa pero sin pausa. La subida se complica un poco más llegando a la costa, antes de llegar a un mirador espectacular.

Sube que te sube
Desde el Mirador todo es bajada hasta el Puerto de Mazarrón - no disfrutamos demasiado pensando en que luego teníamos que volver! Tras Mazarrón, enlazamos cala tras cala hasta llegar a Bolnuevo, donde nos quedamos a ver las famosas Erosiones, y de paso nos damos un baño.

Las Erosiones de Bolnuevo, curiosas
Tras el baño y una paella, nos toca subir la cuesta, que dice Ismael que no es un puerto, pero a mí me parecen dos. Igual es por la paella, por el calor, o por las dos cosas a la vez. El caso es que la cuesta cuesta, y de qué manera! Y eso que nos habíamos tomado un asiático, que probablemente no pasaría el contro antidopping de la UCI. La llegada a Cartagena esta vez es más bonita, todo en bajada, y con llegada a nuestro hotel.

Ismael y su asiático
El tercer día salimos de Cartagena con nuestras alforjas y nos dirigimos a Torrevieja. La primera parte hasta llegar a Los Urrutias la hacemos por carretera y un poco despistados. Finalmente un ciclista nos acompaña hasta nuestro destino y de alli comenzamos un recorrido por la costa del Mar Menor que ya habíamos hecho en nuestra primera visita a Murcia. Esta parte nos gusta mucho: sol, mar, azul.

En Los Alcázares
Al llegar a San Pedro del Pinatar comienza la parte alicantina de la ruta. Pasamos primero por Pilar de la Horadada, y después por las playas- repletas de gente a pesar de la fecha- de Orihuela, hasta llegar a Torrevieja. La ruta en teoría va por la costa pero hay que sortear muchos obstáculos, escaleras, subidas y bajadas, así que nos cuesta más de lo previsto. Llegamos tan tarde a Torrevieja que apenas vemos más allá de la habitación del Hotel Madrid. 


Pasarelas de madera y otros obstáculos de la ruta

 El último día salimos de Torrevieja por la vía verde que llega hasta la carretera de los Montesinos. La via pasa por las salinas hasta llegar a la laguna rosada, un paraje bastante especial que nos reencuentra un poco con esta localidad. 


La laguna rosada rodeada de sal
 Desde allí enlazamos con la carretera que nos llevará hasta el coche: otra vez demasiado tráfico! Ojalá estuviera todo lleno de carriles bici y vías verdes. Mientras tanto seguiremos aprovechando lo que hay, pedaleando a buen ritmo.

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