Disfrutando y pedaleando en Tobed

Hemos pasado este último fin de semana largo (el lunes fue fiesta en Valencia, por ser un S.Vicent) en una casa rural en un pueblecito de la provincia de Zaragoza llamado Tobed. Han sido unos días de amistad y familia, aunque personalmente, con mi gente, no puedo distinguir unos de otros.

Sobre la casa poco puedo decir, que no se diga con mucha propiedad en su página web . Casa El Molino, pero es que he venido encantado de lo acogedora que puede ser a pesar de ser súper amplia, de su jardín con multitud de plantas y árboles frutales y de esa sensación que tienes de que en ese lugar te quedarías por mucho tiempo.
Vista desde la casa rural

He dudado mucho en dar datos de ese pequeño paraíso, por temor a que los miles de lectores de este blog, intenten pernoctar allí, pero al final ha podido mi altruismo y asumo el peligro,
El pueblo de Tobed de 300 habitantes esta enclavado en la Sierrra de Vicort, y sin ser monumental tiene ese encanto de las calles estrechas y de su entorno natural. Su “joyadelacorona” es la Iglesia mudéjar del siglo XIV, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Para los no entendidos entre los que me encuentro, el mudéjar se caracteriza mayormente por que esta hecho de ladrillos y azulejos, o sea una estética árabe con un fondo cristiano, un ejemplo para solucionar multitud de conflictos internacionales.

Calles sin agobios de ningún tipo

Y como no podía ser menos que para eso estamos en un blog que se llama “pedaleando”, salimos en bici por la zona. Existen numerosas carreteras estrechas, que parecen de un solo sentido, rodeadas de carrascas, (árbol por el que siento predilección, por su humildad), almendros, cerezos, manzanos, que para mas toque poético estaban en flor, y no por gentileza de la Diputación General de Aragón, sino por que es la época.

Visitamos varios pueblos, y entre ellos Belmonte de Gracian, llamado así supongo por haber nacido allí, Baltasar Gracian, algo parecido a lo que ocurrió en el Ferrol y también visitamos el pueblo con los tres nombres, algo que debería esta en el Libro Guinness de los Récords, por que puedo asegurar que aparecían en la carretera tres carteles del pueblos con diferente nombre, Villalba de Perejil, Villalba de Peregiles, y Villalba de Peregil, en fin un follón.
Por esa carretera llegamos a Calatayud, capital de la comarca y no preguntamos por nadie si hay algún chistoso enterado de las tradiciones aragonesas que se lo pregunta, y luego vuelta a casa, pero antes ascendiendo por el simple placer de subir y sufrir (cosa que en bici van muy unidos) el Puerto de Aguaron o de Codos, por el que se pasa a la comarca de Cariñena.

Por último querría hacer mención a los integrantes de las rutas, los habituales Gonza e Inibi, por su buen hacer y grata conversación en la carretera, a nuestro Guru: J.L por sus enseñanzas y por supuesto a la cada vez más sorprendente Slim, que no solo se levanto los días de bici a las 7:30 a.m sino que mantenía un ritmo uniforme y preciso en todo momento, aunque su conversación fue más bien escasa, ( incluso a la vista de un cervatillo que cruzó el asfalto), no se si por que estaba reconcentrada en el paisaje y pedaleo o simplemente por que se ahogaba y no podía decir palabra. Algo que nunca sabremos,

pedaleando a ritmo pausado. la familia que pedalea unida, permanece......