Muerte de un ciclista

Lamentablemente, son demasiados los ciclistas que cada año mueren en las carreteras españolas. Los ciclistas no llevamos nada que nos proteja frente a golpes y caídas, a excepción del casco. Y esto último, en ciudad, es muchas veces anecdótico. Así que debemos andar con mil ojos, y ser el doble de prudentes, anticiparnos a lo que vaya a hacer el coche de delante, y el de detrás, circular despacio y atentos y en los cruces pasar en verde y mirando. Pese a todas estas precauciones, hay demasiados accidentes. Cada cuatro días fallece un ciclista en la carretera o en las calzadas de las ciudades españolas. Y es un número que no se reduce, al contrario, cada vez es mayor, provocado sin duda por el aumento de bicicletas.

El pasado viernes falleció un ciclista muy cerca de mi casa. En la flamante rotonda Norte, punto de conexión con la avenida de los Naranjos, donde se encuentran la Universidad Politécnica de Valencia y el campus de Tarongers de la Literaria: un lugar al que más de 50.000 personas acuden a diario a estudiar, a dar clase o a trabajar en la biblioteca y muchos de ellos , en bicicleta. Sin embargo, la alta velocidad de los coches y los semáforos en ámbar, los numerosos carriles para coches, el mínimo carril bici dan como resultado un punto muy peligroso para los ciclistas de esta ciudad. No es el único. El semáforo de la esquina de la avenida Aragón con la Alameda,por el que paso a diario, en verde para nosotros y en ambar para los coches, donde necesitas cuatro pares de ojos para mirar, es otro ejemplo.Hace 15 días que tuve un "encontronazo" con un cocche en el que me podía haber pasado cualquier cosa

En el periódico han aparecido estos dias cartas al director y articulos de opinión con reflexiones bastante acertadas sobre el tema. Está claro que en la calle, el ciclista es el primero (somos los primeros) en cuidar de nosotros mismos y que muchas veces, la imprudencia y la prisa nos llevan a situaciones de riesgo. Es obvio que debemos cuidar de nuestras bicis, llevar los frenos a punto, las ruedas hinchadas. Encendidas las luces cuando esta oscuro, casco en la cabeza, reflectantes a la noche. Señalar las maniobras, asegurarnos de ver y ser vistos, no andar como locos. Pero también es cierto que quien corresponda debería de una vez limitar las velocidades de los coches, multar, multar, multar a quien se pase el límite, tiempos de semáforo racionales para que de tiempo a cruzar, rojo para los coches sin ambigüedades y de esta manera favorecer el tráfico ciclista y peatonal. Reduzcamos entre todos esos números de accidentes de tráfico y muerte que tanto deberían avergonzarnos.