Y asi acaba el partido, ganando 3 a 0

Soy aficionada al fútbol y nunca antes de ayer había visto un partido en directo, es mas jamás había entrado en un campo de fútbol si no es para ir a un concierto. En Mestalla, hace 2000 años, fui a ver a Prince cuando se llamaba Prince, y desde entonces hasta ahora lo más cerca que había visto un campo era desde la tele de Gonzalo de 40 pulgadas. Entenderéis entonces (o no) la emoción de ir al fútbol de ayer tarde, cuando gracias a un gesto generoso como el de donar medio litro de sangre me dieron una entrada para ver el Valencia contra la Real.

Mestalla es grande y yo pequeña

 Nada más entrar, casi me da un mareo y me tengo que salir. Después de hacer la cola, pasar la entrada, que me cachearan y subir las escaleras hasta la zona del Gol Xicotet Alt, cuando aparecimos allí arriba tuve que coger del brazo a mi hija porque me dió un vértigo enorme: pero que grande es Mestalla y que pequeños somos nosotros!! Entre la música de los altavoces, el griterío, los aficionados de la Real que los tenía al ladito y la visión de los futbolistas ahí abajo pensé que me tenía que retirar. Pero no. En unos minutos me acostumbré a la vista, y es que 50.000 personas no pueden estar equivocadas.

Al principio me tuve que agarrar a la barandilla

Empezó el partido y casi ni me enteraba. Había tantas cosas que ver antes de verlos jugar! Que si los banquillos, que si el marcador, que si sacar las pipas, que si abrir el paraguas (el tiempo estaba así asá), que si sacamos las fotos, de pronto llego el primer gol, de Soldado, y ni lo vi! Y eso es lo malo de verlo en directo, que no hay repeticiones. Menos mal que hubo 2 más que sí que ví en todo su esplendor, y es que tuve la suerte de estar encima de la portería de la Real, que aunque atacaba con ganas, le faltó acierto en el remate. El Valencia mientras se paseó a gusto, preciso, acertado y con goles: un sueño de primera parte.

Las pipas, el paraguas y los goles

La segunda ya no fue tan emocionante, pero igual y todo se nos pasó volando. Los aficionados de la Real continuaban incansables con sus cánticos, mientras el Valencia echaba el freno (también es que cambiaron a Soldado y a Joaquín, los mejores en ataque), y asi los minutos fueron corriendo sin enterarnos. Y es que como dijo mi hija: "Con lo pesado que se me hace en la tele, y lo rápido que se me ha pasado aqui!". Disfrutamos como dos chiquillas, así que en cuanto podamos repetimos. No hay nada como el fútbol, sobre todo si ganas el partido.

Madre e hija antes iban a misa, y ahora al fútbol que mola más