lunes, marzo 19, 2018

De visita en Mainz y Koblenz

Nos hemos escapado unos días a Alemania, y hemos visitado un par de ciudades pequeñas, Mainz y Koblenz, siguiendo el curso del río Rin  - o como ellos lo llaman, el Rhein. Un río majestuoso que en Koblenz se une al río Mosel formando un famoso rincón alemán, el Deutsches Eck.

A un lado el Mosel, y al otro el Rhein
Tanto Mainz como Koblenz están relativamente cerca del aeropuerto de Frankfurt-Hahn, un pequeño aeropuerto en medio de ninguna parte al que vuela nuestra aerolínea favorita, la Ryanair. Desde el aeropuerto funciona una red bastante completa de autobuses que lo unen con distintas ciudades cercanas: Mainz, Koblenz, Heidelberg, Luxemburgo y, por supuesto, Frankfurt, de la que la separan 125 kilómetros.Con uno de esos autobuses nos desplazamos a Mainz, el primero de nuestros destinos.

Paseando por un muy invernal Mainz
Todas las bibliotecarias del mundo saben donde está Mainz porque al estudiarse el tema de Historia del Libro siempre salía esta pequeña ciudad. Y es que Johannes Gutenberg nació aquí, en esta pequeña ciudad, y aquí tuvo la grandiosa idea de la imprenta. Así que el espíritu de este inventor invade la ciudad y sus calles.

El señor  Gutenberg, supongo.
En Mainz encontramos un importante museo con el nombre del impresor que recorre la historia del libro en tres pisos, incluyendo dos ejemplares de su famosa Biblia, que tienen guardadas y expuestas en una caja fuerte. También hay demostraciones de como se imprimía en la época, con una imprenta hecha a imagen y semejanza de la de Gutenberg.

Aquí podéis ver la primera página de la famosa Biblia
Después del museo, nos fuimos a dar un paseo por la ciudad vieja. La catedral de San Martín es, desde luego, impresionante, más aún su claustro gótico. En su plaza encontraremos un animado mercado tres días a la semana. Cerca de la catedral puedes dar una vuelta por el Kirschgarten, un paseo por el pasado que nos lleva a ver las casas más antiguas de la ciudad.

En la plaza, con la Catedral al fondo
En la zona del Kirschgarten
Otra iglesia muy bonita que se puede ver en Mainz es la de St. Stephan, famosa por unas preciosas vidrieras que diseñó Marc Chagall. Si además coincide con el ensayo del organista, como fue nuestro caso, la experiencia es casi mística.

Subiendo a St. Stephan
Las famosas vidrieras (falta la música)
Nos gustó mucho Mainz. Es muy alemana y tradicional, en los bares y en la comida. Resulta muy cómoda para visitar pues es pequeñita y está todo a mano. Nos alojábamos en el hotel Königshof, cerquita de la estación, y desde ahí caminando se llegaba a todas partes. Y en todas partes veíamos libros! Hasta en un armario por la calle, te podías coger gratis!

Estaban ahí, al alcance de cualquiera
Después de Mainz nos fuimos a Koblenz en tren. Allí tuvimos que sacar el gorro, la bufanda y los guantes, ponernos todos los jerseys que llevábamos y más que hubiéramos tenido. Y es que la temperatura bajó considerablemente. Pero eso no nos impidió visitar la ciudad.

En la estación de Mainz

Koblenz es aún más pequeña que Mainz. Volvimos a coger el hotel cerca de la estación, desde donde también salía el autobús que nos llevaría de vuelta al aeropuerto. En este caso era el Hamm. La señora del hotel nos explicó un paseo muy bonito por toda la orilla del rio Rhein. Desde luego debe serlo, en verano. Ahora lo hicimos muy deprisa, con ganas de llegar al teleférico para meternos a cubierto.

Ni en el teleférico me quité el gorro
El teleférico te lleva a una fortaleza - Ehrenbreitstein - convertida en museo de distintos tipos - militar, arqueológico, fotográfico - situada en una colina. Las vistas que te permite la visita - tanto desde el teleférico como desde la propia fortaleza - merecen mucho la pena.
Las vistas desde la fortaleza de las uniones de los dos ríos.
Deutsches Eck, la esquina de unión, está presidida por la estatua del emperador alemán Guillermo I, que fue destruida durante la 2ª guerra mundial y reconstruida e inaugurada de nuevo en 1993.

Con el emperador Guillermo
El casco antiguo - la catedral, la plaza principal - son bastante bonitos aunque si queréis que os diga la verdad lo que más vimos fue los bares de la zona. Y es que no estamos acostumbrados a tanto frío!! Tanto hizo que a la mañana siguiente amaneció nevando. Menos mal que cogimos el autobús para venirnos a Valencia, que ya no teníamos más jerseys!

Bailando bajo la helada
Vámonos pa España, Pepe!!

Alemania nos gusta mucho, pero más en verano!! aunque tiene su encanto esta visita invernal, vista desde Valencia. 



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